miércoles, 23 de enero de 2008

22/01/08 La CGT se reunio con la Presidenta Cristina Kirchner



El beso con el que Cristina Fernández de Kirchner lo distinguió del resto de los sindicalistas que concurrió ayer a la Casa Rosada no fue lo único que se llevó Hugo Moyano de su primer encuentro formal con la Presidenta. En medio de la intensa interna sindical que busca poner fin a su liderazgo, el jefe de la CGT obtuvo un contundente aval político del Gobierno.Desde el mismo momento en que Cristina Kirchner aceptó conceder la cita que Moyano le había reclamado días atrás en la intimidad de la quinta residencial de Olivos, quedó claro que la Presidenta y el camionero habían superado las diferencias de los primeros días de la nueva gestión.Esto quiere decir: Cristina y Moyano se mostraron ayer juntos porque, en muchos aspectos, están realmente juntos. La Presidenta, al igual que Néstor Kirchner durante sus cuatro años de gobierno, pareció convencerse de que es preferible tener a Moyano de aliado que de enemigo.El camionero ya demostró ser funcional a los intereses oficiales de ponerle un techo a la discusión salarial. Claro que ayer nadie quiso hablar de "techo". Todos prefirieron, en cambio, hacer referencia a la mesura, cordura, responsabilidad, racionalidad, moderación o cualquier sinónimo que pueda llevar tranquilidad a los empresarios frente a la puja por los sueldos.Con el encuentro de ayer, el Gobierno no hizo otra cosa que legitimar a Moyano como un referente ineludible en la discusión salarial. Por eso, la cita en la Casa Rosada pareció servirle más a Moyano que al Gobierno.El jefe de la CGT llevó una larga lista con los reclamos históricos y no perdió la oportunidad, incluso, de pedir la participación del movimiento obrero en la normalización del Partido Justicialista. De cara a la pulseada por la conducción de la CGT, y un día antes del encuentro que hará en Mar del Plata su enemigo Luis Barrionuevo, Moyano logró exhibirse junto a casi todo el consejo directivo de la central sindical.No sólo lo acompañaron sus aliados incondicionales, sino también los llamados "independientes" José Luis Lingeri y Gerardo Martínez. También, el metalúrgico Antonio Caló o el mecánico José Rodríguez. Los sindicalistas se retiraron satisfechos de la Casa Rosada.En el Gobierno también se quedaron contentos. Cristina eligió sentar a su lado al jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y al ministro de Trabajo, Carlos Tomada. No estuvo, en cambio, el ministro de Planificación, Julio De Vido, de aceitados vínculos con el camionero.
fue la palabra que eligió uno de los funcionarios que participó del encuentro para hacer su análisis ante la consulta de Clarín. Y agregó: "Fue un apoyo muy explícito de la CGT a la gestión de gobierno y un compromiso de seguir acompañando". También aclaró que no fue ningún integrante del Gobierno sino uno de los sindicalistas el que habló de la necesidad de ser "prudentes" en las paritarias. Pero aclaró: "Estamos muy reconocidos a Moyano porque se manejó siempre con mucha sensatez".
"Prudencia" y "sensatez", dos palabras más para agregar a la lista de sinónimos de lo que pretenden el Gobierno y la CGT para la discusión salarial.